viernes, 6 de marzo de 2009

A ti


A ti que sigues

el rastro de mis versos

que te alimentas de mis letras

que haces tuyas mis palabras


A ti que sueñas

rodearme con tus brazos

que pierdes el sentido

ante una imagen nueva


A ti que anhelas

la risa de mi alma

el sol de cada amanecer

las ganas y las fuerzas

para seguir creando.


A ti te prevengo del abismo

de mi profundidad salvaje

de mi pasión sin limites

de mi color gris,

de que hoy soy fuego

y mañana quizás hielo.

A ti que de mi esperas

espero poder darte lo que ansías

no desesperes

ni tengas esperanzas.

Es duro andar este camino...

lunes, 2 de marzo de 2009

Son las tres de la mañana.....


Son las tres de la mañana y se me escapó el amanecer de las lunas.
Hoy está más fresco y no podré asomarme descalzo a la ventana para mirarlas un rato antes de empezar a escribir, como siempre.
Esta vez paso directo a una mesa que me separa mentalmente del resto del mundo y que aloja el ordenador, cuadernos, libros, botes de lapiceros y un cenicero a medio llenar de colillas que sirven de muda acusación a mi vicio.
Un café enorme y caliente que a esta hora venero, me obliga a mover el codo de lugar, ese que uno pone en posición de pensamiento.
Dentro de unas horas debo volver a la rutina diaria, ducha, aseo, desayuno, sacar al perro que tumbado a mis pies me mira a ratos mientras dormita otros, lo de siempre, y es bastante poco.
Duermo poco en general , leo, miro, escribo, hay que usar el tiempo, porque todo momento que pasa es ya perdido para siempre... y queda tanto por hacer.
Estoy acostumbrado, parece que lo pintara todo del mismo color antes de empezar a hablar, apilo lo tangible y lo obvio, lo concreto y lo absurdo. Hablo a los demás en tercera persona para que, tanto ellos como yo, podamos vaciar los espacios que duelen y podamos romper con los puños las rejas que en realidad podían doblarse.
Después, queda la toma de decisiones y es cuándo en general empiece el odio. Tal vez yo me odie también en un rato.
Está empezando a amanecer y me acuerdo de todas las cosas leídas en los libros, y lo poco que tienen que ver con la vida y con esa pizca de humanidad que a uno le sale porque hay otro que está esperando que los silencios que le anudan el pecho y le atraviesan el cuerpo, empiecen a hacer más ruido con la respiración del primer murmullo, hasta que se vuelven grito y no hay eco que se los devuelva.
Cuándo pueden cambiar el paso para poder alejarse porque su propio ojo vigía desciende cómo un águila cuándo identificó a la presa.
Me veo cambiando de postura las piernas, cambiando el tono de voz , moviendo las manos en un gesto tan típico como estudiado.
Me veo no hace muchos meses diciendo: Lo que nos sucede…
Y me veo ahora dejando sólo este papel sobre la mesa, después de haber cargado una mochila pequeña y dejado antes de salir las luces apagadas .
A veces, eso es lo que sucede y tal vez me deteste un poco....