Como un río sin crecidas,
como un mar sin olas ni mareas,
como una luz sin luna
y sin relámpagos;
así era la vida,
melancólica.
Como un tren sin túneles ni andenes,
como una calle en niebla y sin farolas,
sin gritos estridentes,
sin sonidos.
Muda.
Callándome a mi mismo.
Sin luces, sin sombras,
sin peleas.
Como una sangre sosa, sin arritmias...
Pero brotó el torrente a tu llegada
y ya todo fue manga por hombro.
y hubo rayos
y truenos y centellas
y crecidas de ríos sin compuertas.
Y mira ahora,
mi alma sin riberas,
mírala inundada a un mar abierto,
mírala buscando tus caminos
para inyectarte regueros
de mi sangre.
Y mira que me inunda tu añoranza
esperando el saludo final
entre alma y ansia.
Para buscarte a tí
y acorralarte
entre los labios,entre los brazos...
Uno y ninguno......
uno en los dos,
los dos en uno,
unidos
en una única esperanza