lunes, 19 de marzo de 2012

Miro tu fotografía.....

Miro tu fotografía, la miro con celos.
 Llevas una camisa blanca y ese botón ...  insinuando peligrosamente la prolongacion que sigue provocando en mi un desconcierto de sonrisas maliciosas.
Ser el último botón de tu camisa debe ser un privilegio.
Sonrío.
Pero, que sepas, que siempre me quedo con ganas de desabrocharte esa fotografía

lunes, 12 de marzo de 2012

martes, 6 de marzo de 2012

Estación de servicio....

A medida que vamos viviendo, transitamos por la inmensa autopista de los acontecimientos cotidianos que nos suceden, y siempre, repito, siempre, ya sean muchas (o pocas) veces habremos de detenemos en la “estación de servicio” donde además de cargar un poco del combustible vital necesario para seguir adelante -llamémosle amor, salud, sol, brisa o vida misma- es condición absoluta dedicarnos al menos un instante para la reflexión, posarnos cómodamente en el pedestal de la memoria y pegarle una ojeada a los titulares del periódico de nuestra propia existencia.


Recuerdo que fue en ese lugar casi ideal donde conocí a mi amigo más fiel, donde comprendí la risa y donde lloré por primera vez. Fue también ahí donde cometí mis primeros errores... y donde me arrepentí, también donde deje parte de mi equipaje para subir a una compañera (llamada felicidad) que se bajaría más adelante.



Vivir es eso, ir tomando de cada momento las cosas que consideramos oportunas, a veces las elecciones que hacemos son buenas, y nos llenan, nos aportan muchas mas sensaciones, otras veces, esas mismas decisiones que en su momento fueron buenas se agostan y se secan porque ya no dan lo que esperábamos o nosotros mismos no las hemos sabido cuidar lo suficiente.

Otras veces tomamos decisiones equivocadas, pensamos que eran buenas y nos salen “ranas”. De eso también se aprende.

Y hasta de vivir se aprende, se aprende a querer vivir, y a veces se aprende a no querer seguir mas allá y dejar todo. La esperanza, que siempre debería estar con nosotros, se ausenta a veces, y reaparece como los ojos del Guadiana.

La “estación de servicio” siempre esta ahí.

Es nuestro particular refugio.

Es única para cada uno de nosotros.