lunes, 4 de febrero de 2008


Cerrar los ojos en voz baja

sobrevolar por un tiempo que se cae

en las oscuras aguas de ese río.

Con el frío viento de una lluvia persistente

mi memoria escucha la voz susurrada:

renaces de nuevo.


Entre rosas rotas crecí balbuceando palabras

pintadas con colores del cielo de mis sueños.

Entre el ritmo de una canción y rojos domingos

compartí una gran mesa

que abrazaba todos los brazos,

en un jardín de alegrías y disputas.


Extranjero en lo familiar,

prisionero en las redes

de arañas que entretejen un castillo

descuelgo el silencio

de esa historia tatuada de tradiciones.


Salto sobre la hoguera de mi memoria,

me asomo a plena luz sobre las sombras de mi alma

vuelo más alto…

me pruebo otras letras como fantasmas al revés,

escribo un rostro nuevo.


Errante,otra vez nací ,

entre la nostalgia del río

y el inquietante mañana.

Recomenzar de cero

como aquellos que saben que la vida es ausencia.

y la distancia, la marea de mi cuerpo desnudo

aturdido por la piel de la añoranza.

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