Cerrar los ojos en voz baja
sobrevolar por un tiempo que se cae
en las oscuras aguas de ese río.
Con el frío viento de una lluvia persistente
mi memoria escucha la voz susurrada:
renaces de nuevo.
Entre rosas rotas crecí balbuceando palabras
pintadas con colores del cielo de mis sueños.
Entre el ritmo de una canción y rojos domingos
compartí una gran mesa
que abrazaba todos los brazos,
en un jardín de alegrías y disputas.
Extranjero en lo familiar,
prisionero en las redes
de arañas que entretejen un castillo
descuelgo el silencio
de esa historia tatuada de tradiciones.
Salto sobre la hoguera de mi memoria,
me asomo a plena luz sobre las sombras de mi alma
vuelo más alto…
me pruebo otras letras como fantasmas al revés,
escribo un rostro nuevo.
Errante,otra vez nací ,
entre la nostalgia del río
y el inquietante mañana.
Recomenzar de cero
como aquellos que saben que la vida es ausencia.
y la distancia, la marea de mi cuerpo desnudo
aturdido por la piel de la añoranza.
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