Cada marca que mi cuerpo carga
tiene una historia
los años pasan
y las marcas que ellos dejan
no las sabemos contener.
Podría contar la historia de cada cana.
Actualmente la parte que merece más atención en mí
es mi cabeza
intento todos los días colocarla en su lugar,
equilibrarla, alimentarla con sueños y alegrías.
En realidad tengo cuarenta y dos años,
la mitad de ellos bien vividos
y la otra mitad bien sufridos
Y ahí exactamente está el encanto de mi edad.
Conocí de todo un poco,
lágrimas y sonrisas,
ambas me hicieron ser
esta persona que soy hoy.
Quedan arrugas en el rostro y en el alma,
y así también las sonrisas,
y de estas, las mejores,
aquellas marcas de expresión
que yo adquirí por reír...
aún cuando mi corazón lloraba
1 comentario:
La vida es eso, Jesús, justamente eso.
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