martes, 22 de abril de 2008

Blanca


Blanca se siente perdida, toda una vida de superarse y ahora le tiemblan los cimientos, montañas de flores adornando su mesa de trabajo cada día conjurando el mal ambiente que produce la prepotencia de su jefa, que se cree mas que nadie.
Desde pequeña, cuando siempre en el colegio la confundían con su hermana melliza, que no gemelas, Nieves, y a pesar de lo gracioso de sus padres poniendo los nombres, Blanca siempre se ha sentido como a medias, atada a una relación familiar, a una hermana que un día decidió hacer su vida y la dejo a ella como colgada, una vida compartida que no es que se pusiera punto y final, digamos mejor un punto y otro punto, así , puntos suspensivos, ahí te quedas yo empiezo otra etapa, no estaré lejos, pero tampoco podré estar como antes...
Después atada al estigma de no haberse casado ni tenido niños, atada a conseguir valerse por si misma y a la vez, con la sensación como si tuviera que demostrar al mundo que todo cuanto ella hacía era valido.
Blanca ha cambiado muchas veces de trabajo, y lo que ella pretendía al hacerlo era sentirse útil, contenta con lo que hacia, pero para todos los demás, lo que Blanca ha tenido ha sido mucha mala suerte en no conseguir adaptarse a nada de lo que ha tenido, y que ya son años para andar moviéndote y con la casa (cajón) a cuestas como los caracoles.
Pero hoy Blanca se siente perdida, insegura, una cosa es que nunca se haya casado y otra muy distinta es que nunca haya estado con algún que otro hombre, vivir sola esta bien, incluso llegas a acostumbrarte de manera que no quieres interferencias en tu espacio, que no toquen tus cosas, que tu mundo sea tuyo, tus horas, tus espacios, tus silencios...
Al salir de trabajar todo eso se convierte en algo propio que cuidas de forma casi obsesiva, sabes exactamente lo que hay en la nevera, sabes lo que hay que hacer en casa y si quieres lo haces, si no, se puede dejar para otro momento, sabes que puedes estar como quieres, y sobre todo si quieres.....
Pero Blanca se siente mujer, muy mujer y de cuando en cuando le apetece sentir el calor de otro pecho contra el suyo, las caricias de otras manos que ya no son tan conocidas, el roce de otros labios en su piel, pero así, de vez en cuando, sin que implique perder lo que tiene, su libertad, su soledad, su mundo...

Y descubrió Internet, Blanca comprobaba cada día que escudada tras la pantalla no había timidez, no existía la vergüenza de entrar sola en un pub y esperar a ver si alguien la entraba y había conversación, que ahí, sentada tras la mesa, nadie de los que la conocían la veía vagar de barra en barra o de baile en baile y eso fue una liberación, una sensación nueva de poder, de elegir, de ser quien llevaba las riendas...
Y así vestida, vestida del poder del anonimato se lanzo a fondo, hace ya mucho tiempo, Blanca ni recuerda cuanto, al principio se asustaba de los comentarios que algunos le hacían, al final, asustaba ella de lo que podía llegar a dar, y también para Blanca llego el momento en el que las letras impresas en la pantalla le decían mas bien poco así que empezó a pedir fotos, a seleccionar y de ahí a poner una web-cam fue todo un paso.

Hubo cosas graciosas para Blanca, y tristes también, como cuando recibió una foto de su cuñado, el marido de Nieves, mintiendo y con un nombre ficticio, buscando sexo fácil y sin compromiso...
Muchos hoteles, hostales y pensiones ha conocido Blanca, muchas camas distintas con cuerpos distintos en donde naufragaba y reflotaba con asco en la piel y en el sentimiento, desencantándose cada dia un poco mas, hundiéndose pese a los reflotes constantes, sin encontrar sentido a casi nada...
Ahora todo es diferente y por eso Blanca se siente perdida, porque el no es como los demás, porque tras una cita vino otra, con respeto, porque se ha perdido en los ojos marrones de un señor serio cuyos ojos sonríen, y le da lo mismo, esta bien, se encuentra bien , no hay agobios, ni prisas, cada uno esta en su lugar y cuando están juntos el reloj no corre, el tiempo no pasa aunque a veces parece que fuera todo lo contrario, que todo fuera demasiado deprisa y que los ratos juntos parezcan cortos, se queden solo en ese suspiro.
“Mira cómo ando, siempre insatisfecha, siempre buscando sorpresas brillantes que han sido tiradas por error dentro de cubos de basura. Que nado entre algas negras y me trago la saliva envenenada, y aún así abro los ojos al bucear, y grito más alto cuando escapo de tu cuerpo. Que no sé, que no sé ni sé decir, ni sé pensar qué debo pensar, porque el río se ha secado, que las sábanas acumulan el sudor de una noche tras otra y no las cambio ni las guardo. Ando a golpes por el barro, no me detengo en el placer sin mas..., sin embargo,he notado cómo se hundían mis pies, al notar la frescura húmeda de la tierra, y vivir sin dejar de soñar, y soñar y protegerme, y no encumbrar mis tristezas, sino mi ánimo alegre.
Digo: Si la alegría tuviese un nombre sería este: Ahora.

Me dejas ver la ciudad desde lo más alto, volar en tu azotea y creerme mil personas, y dejo que el viento me despeine, y te hablo con voz clara, y te miro, y me callo. Y noto que algo cambia, que desvío la mirada y me crezco, tan mínima como soy, ante la ciudad que atardece, ante todos los coches, las ventanas más lejanas. Las vidas que empiezan y los cambios que vendrán mañana. Y me siento débil, pero la más grande: Lo tengo todo, míralo!... qué bonito. Y no sé tampoco si me entiendes, si eres capaz de leer entre líneas, si beberías también de Darío y Macu, si no eres una mente bonita pero hiriente de vacío, como lo fue Jorge. Me dices nervioso que te sientes bien conmigo. Titubeo y dejo que me desnudes. Y me tocas, y cierro los ojos, y te imagino, y te siento, y me olvido, y vuelvo a volar tumbada en tu cama, breve pero tan mía como mi propia habitación. Me dices que estarías mirándome todo el tiempo, y me reconozco en tus palabras, y sostengo mi imagen en el espejo. Admiro tu cuerpo como el regalo de esta noche. Pienso como una cobarde, que no todo el mundo ha dormido siempre en casa, y aprendo, y vivo, que piso este nuevo escenario y cuando salgo me llevo los momentos pasados guardados en el bolsillo. Que aún siento tu lengua y te siento entrando, que no sé, no sé decir, y me miras buscando que te diga, y solo encuentro silencio, y no sé si comprendes. Que me sentí nueva llegando a clase, con los ojos lavados y la cabeza fresca, llena de ganas, rebosando vitalidad, y deshaciéndome sorprendentemente de la superficialidad que se amontona en mi espalda, y que tanto pesa a veces. Que no sé decir, pero me encanta dormir contigo, y bailar al mismo son desde el primer compás. Que no quiero que pares, que me estremezco al recordarlo y la inercia me abre las piernas”

Blanca se siente perdida porque esta puerta abierta es a su vez un contrasentido, una posible renuncia a todo lo que lleva vivido y el miedo a arriesgarse es mucho, el la dijo de dar un paso mas, de quedarse a dormir, de traer su cepillo de dientes y algunas cosas y a Blanca eso la ha asustado, porque si lo extraordinario se convierte en rutina, en ordinario, ya no sabe si será lo mismo, si le gustara, si querrá que pase.
Hay que probar, dijo el, y a Blanca se le rompieron los esquemas, porque ahora es una noche el, luego, el tiene dos hijos de un anterior matrimonio, si el se viene a vivir, ellos van en el mismo lote, cuando le toquen claro, cuando la sentencia del divorcio les asigne estar con su padre.
Blanca piensa que si malo era andar tonteando por internet, esto no lo es menos, ya esta hecha a su independencia a su modo de vivir, le da miedo...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genial

Anónimo dijo...

uff mira que me hace reflexionar este escrito